sábado, 7 de diciembre de 2013

Os hago saber que...

Cuando mi madre quería comunicar algo empezaba la frase con un “Os hago saber que…”.

Una de las cosas que me contaba mi madre era que, hasta que cumplí dos años, me daban “patatuses” cada vez que ella no estaba.

El “patatús” consistía, según sus palabras, en que me quedaba sin conocimiento, como muertecito, con la cara blanca y las "orejitas transparentes".
Tal era mi estado que ninguna amiga o vecina quería quedarse conmigo si mi madre tenía que hacer un recado. Nadie quería que "se le muriera el niño" en su ausencia, aunque por lo visto se me pasaba con un poco de agua fría en la cara y unos “golpecitos”.
Así que mi madre tenía que cargar conmigo fuera a donde fuera por ese motivo. Y me comentaba… “Y así íbamos, juntos a todos lados, como la burra y el pollino”.  Como veis mi madre era de metáfora rotunda, sin medias tintas.
Dicho esto... Os hago saber que desde el pasado domingo el pollino trota solo, con su burra en el corazón y un patatús eterno en el alma.
 
Te quiero madre.