martes, 9 de abril de 2013

Tras treinta meses de silencio vuelvo, venturosamente empujado por elgusanoveloz, a plasmar aquí mis arrebatos.
No son buenos tiempos para el sosiego, ergo lo son para las emociones.
El reencuentro lo hago con una historia, por lo tanto, desasosegante.
¡Sufrid, malditos!



Frankenstein encadenado
(un relato para el desconsuelo)


Él ahora me somete.

Me tiene preparada una existencia maravillosa, tan sólo tengo que alcanzar una cadena y ponérmela. También podría valer una soga que, aúnque luce menos, los nudos tienen su encanto, sobre todo los corredizos.

Ni tregua, ni alivio, ni perdón.

Cuanto más tiro más me ahogo, trampa magistral. Los secuaces de la libertad son los primeros en morir, agonizando sin aliento, pero obstinados. Yo, débil, sólo pego vanos tirones que se quedan en su propia inanidad.

No hay límites al chantaje.

La perfidia afectiva está al acecho -¡cuidado!- nadie con humanidad está libre de sus garras. La soga emocional blande también sobre vuestras cabezas, incautos. Creeis que la esclavitud no os afecta.

Poderosa es la lástima.

Mañana es un día de mierda, incluso la víspera de mañana también lo será, como lo fue el día después.

El tiempo no existe.

 

2 comentarios:

  1. un lado desconocido de usted, sin duda....
    no me sea tan fúnebre, y póngale unos topitos al negro, que va con todo...

    un literario saludo de su admiradora y pupila.
    Amenazo con volver.

    pd: la caja azul eléctrico del rincón es la mía.

    "y nos dieron las 10, y las 11" ( que dijo aquel)

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  2. Bienvenida, al fondo hay sitio y hasta alguna que otra entrada chistosa de hace tiempo.
    Pero ahora no son tiempos, todo se andará.
    "y las doce y la una... y las dos, y las tres" (qué grande aquel)

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