Así que esta era la estratagema de Hipérides, la razón de ponerme esta liviana vestidura y decirme que guardara la compostura pasara lo que pasara.
Deleitaos con mi belleza, embriagaos de este cuerpo y extasiaos ante la perfección de mis formas. Como veis no opongo resistencia a vuestras miradas, ni me incomoda esta situación. Sé posar desnuda, algunos ya me habeis visto otras veces emerger así de las aguas. Conozco mis virtudes y aquí os las ofrezco a cambio de mi vida.
Tampoco me importunan vuestros hipócritas murmullos, que van de la desaprobación al asombro y de éste a la admiración y el deseo. Pero no pienso miraos a la cara, no quiero delatarme. Atisbaríais parte de mi soberbia, el orgullo de poseer este cuerpo de Diosa.
Estimadlo ahora. Vosotros, que lo pretendeis destruir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario